Las ventanas de PVC en Zaragoza son una de las elecciones más acertadas, pues este tipo de ventana no necesita casi mantenimiento para quedar como el primer día de su instalación. No obstante, cabe tener presentes una serie de trucos para lograr su conservación y limpieza.

El PVC es un mal conductor térmico, por lo que su aislamiento es superior al aluminio, lo que significa una disminución en el tiempo de mantenimiento que la madera, por ejemplo. En construcción, las ventanas de PVC en Zaragoza son muy apreciadas porque ofrecen gran resistencia. Además, su color es inalterable y no le afectan los cambios meteorológicos. Es decir, que los días de calor intenso, humedad o la salinidad de las zonas costeras no le afectan, como sucede con otros materiales. Por eso, este tipo de ventanas son muy recomendables para sitios de playa.

Además, resiste al desarrollo de hongos, bacterias y a la abrasión. Puede rallarse pero jamás perderá la capa de protección. Y, para limpiar este tipo de ventanas y conservarlas como el primer día, debemos evitar el uso de estropajos o trapos secos porque podríamos rayar el marco de las ventanas y los cristales. ¿Qué utilizar? Una bayeta húmeda cubierta de detergente suave.

Lo primero que hay que hacer es pasar el paño mojado por los perfiles y superficie de las ventanas. Pasar otro trapo para eliminar el detergente. El secado será al aire. Y, para las gomas que sujetan el cristal, conviene que uses polvos de talco para que no se sequen y mantengan la flexibilidad. Realiza esta limpieza al menos una vez al año.

El mantenimiento de los herrajes consistirá en lubricar con un aceite adecuado. Se hará, también, una vez al año.

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